lunes, 24 de enero de 2011

LA SOMBRA DEL VIENTO

La Sombra del Viento es un misterio literario en el que a través de sus 445 páginas el lector podrá descubrir las calles y la vida de la Barcelona de la primera mitad de siglo XX y la influencia de tal época reflejada en el carácter de los distintos personajes. La novela fue publicada en 2001 por la editorial Planeta (Barcelona), mezclando técnicas de relato de intriga, de novela histórica y de comedia. Pero es, sobre todo, una tragedia histórica de amor.

Ésta tiene como autor a Carlos Ruiz Zafón, escritor nacido en Barcelona en 1964. Estudió en el colegio de Jesuitas de Sarriá. En 1992, y tras varios años de actividad profesional en el campo de la publicidad como director creativo, decide dejarlo todo y fijar su residencia en Los Ángeles, donde consigue introducirse en la industria cinematográfica como guionista. Ese mismo año escribe su primera novela El príncipe de la niebla, con la que obtuvo el premio Edebé de Novela Juvenil. Desde entonces también ha publicado El palacio de la medianoche (1995), Las Luces de Semtiembre y Marina (1999). Con la Sombra del viento (finalista al premio Fernando Lara de Novela 2000), Carlos Ruiz Zafón despliega sus habilidades como narrador, convirtiéndose así en uno de los mejores narradores de España del momento.

Un amanecer de 1945, Daniel, un muchacho de diez años, es conducido por su padre a un rincón secreto perdido entre las oscuras calles de la Barcelona vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Aquel lugar está repleto de estantes cargados de libros que han sido pasto del olvido a causa del fracaso tanto de las obras como el de los autores. Hay una regla no escrita según la cual en la primera visita, el recién llegado debe escoger un libro para rescatarlo y protegerlo del abandono. Daniel escoge uno titulado La Sombra del Viento, firmado por un autor desconocido, un tal Julián Carax.

Una vez en su habitación el muchacho devora la novela del misterioso escritor, quedando fascinado a tal punto que decide investigar sobre todo aquello relacionado con Carax.

Esas averiguaciones son el detonante de la historia y harán que el protagonista conozca el amor, pierda amistades, gane amigos y amigas… Pero sobre todo logrará hacer frente a sus miedos al intentar descifrar las historias que se quisieron destruir durante los últimos años. Y para ello no verá más salida que poner su propia vida en peligro. Poco a poco la vida de Julián Carax saldrá a la luz al mismo tiempo que Daniel se percata que debe tomar las decisiones correctas si no quiere correr el mismo y peligroso final que el autor.


La trama principal es sin duda una trágica historia de amor, aunque camuflada en los duros años de la guerra. Sin embargo, ésta se sitúa en una época en la que los libros no tienen casi importancia, donde la cultura desaparece a medida que pasa el tiempo, y pocos conocen el sentido de un buen libro. Es por eso que el autor aprovecha el oficio de librero para denunciar el abuso de la televisión de hoy en día. Un claro ejemplo de esa crítica es el final de la novela, la reflexión de Daniel en presente:

“La librería da para vivir sin lujos, pero soy incapaz de imaginarme haciendo otra cosa. Las ventas se reducen año a año. Yo soy optimista y me digo que lo que sube baja, y lo que baja, algún día ha de subir. Bea dice que el arte de leer se está muriendo muy lentamente, que es un ritual íntimo, que un libro es un espejo y que sólo podemos encontrar en él lo que ya llevamos dentro, que al leer ponemos la mente y el alma, y que ésos son bienes cada día más escasos. Cada mes recibimos ofertas para comprarnos la librería y transformarla en una tienda de televisores (…)”


En el hilo de la historia son muchos los personajes que se nombran, pero sin duda los más relevantes de esta novela serían los siguientes:

Por un lado tenemos a Daniel Sempere, hijo de un librero. Es el protagonista de la novela, un niño que irá creciendo tanto física como psíquicamente a lo largo de ella hasta convertirse en adulto (personaje redondo). Es la viva imagen del bien, de la valentía a la hora de actuar, ya que nunca se rendirá en la búsqueda del desaparecido escritor Julian Carax. Es la imagen de un joven enamorado y se muestra como un chico solitario rodeado mayormente de adultos y también de su mejor amigo Tomás Aguilar.

Por otro lado está Julián Carax. Es el autor del libro escogido por Daniel (La Sombra del Viento), un hombre un tanto enloquecido que llega a mantener una relación con Penélope Aldaya. Pero aquello resulta ser un amor imposible, un amor que le rompe el corazón.

Finalmente resulta ser Lain Coubert, personaje que en su propia obra representaba al diablo, y su único objetivo es destruir todo lo que tuvo que ver con él. Es por eso que intenta quemar todos los ejemplares existentes de su obra.

Mientras Daniel representa la inocencia y la juventud, Fermín Romero de Torres personifica la sabiduría, un vagabundo que acaba convirtiéndose en amigo de Daniel y le ayuda en la búsqueda de Carax aportando su gran experiencia en la vida. Es todo un personaje lleno de humor, que cada vez que abre la boca crea una sonrisa en el lector.

Por último nos encontramos con el inspector Fumero, antagonista de la historia. Es un tenebroso personaje lleno de rencor que tiene como objetivo acabar con Julian Carax para poder ver su nombre escrito en una lápida, solo porque éste le había "quitado" a su amada: Penélope Aldaya.


En cuanto a la estructura, el libro está divido en 10 capítulos que a su vez están compuestos por secuencias ordenadas numéricamente dándole así más dinamismo a la lectura. A medida que empieza un nuevo capítulo, se dan nuevos acontecimientos mientras que observamos nuevos escenarios.

Además la novela también se puede dividir según el narrador: en la primera parte el narrador es el propio protagonista, Daniel, que utiliza el pretérito para referirse a su vida pasada, explica como su padre le llevó a aquel extraño “cementerio” de los libros olvidados, donde rescató el libro titulado La Sombra del Viento y como comenzó a investigar sobre la vida de su creador Julián Carax. La segunda parte es una carta escrita por Nuria Momfort (hija del portero de El Cementerio de los Libros Olvidados), dirigida a Daniel con el fin de narrarle su historia y relación con la investigación que se está llevando a cabo. Acto seguido, después de leer la carta, Sempere retoma el hilo de la novela y por último, como cuarta parte, el protagonista narra desde el presente, ya que, han pasado varios años desde lo ocurrido y hace un breve resumen de su estado actual.


La historia relatada linealmente se sitúa normalmente en espacios abiertos, dado que los personajes se dedican a ir de un lado para otro con el objetivo de obtener nueva información sobre el escritor Carax. Está ambientada en una fría y solitaria Barcelona donde la aparición de calles es muy constante y Zafón nos describe perfectamente los callejones, barrios y plazas en los que se centra la obra. Hay una parte del relato situada en la playa de Barcelona, cerca del puerto e incluso en París.


La Sombra del Viento es una novela que me llamó la atención desde un primer momento ya que todo aquel que llegó a leérsela (dentro de mis conocidos y familia) la tachaba de increíble, entretenida, misteriosa… resultaba ser uno de esos libros que no puedes dejar de lado y aprovechando que en casa ya poseíamos un ejemplar decidí leerlo. El comienzo no me convenció demasiado, aun así seguí leyendo y para cuando me di cuenta estaba totalmente sumergida en la historia, no quería cerrar el libro, no podía esperar a saber cual era el desenlace de la obra. La forma en que está narrada, las descripciones y su abundante cantidad de diálogos hacen que la lectura sea más fluida y entretenida. Respecto a los personajes, muchos de ellos son muy misteriosos, no sabes cuales podrán ser sus siguientes movimientos. Es por eso que la novela me “enganchó” totalmente, hasta el punto en el que me sentía como una participe de ella, era como si estuviese en aquellas calles de Barcelona, observando todos y cada uno de los acontecimientos.

Nunca antes me había pasado, pero fue llegar a la página 445, leer la última frase, cerrar el libro y quedarme paralizada, sin saber qué hacer, pensando en aquella historia y para cuando me di cuenta una lagrima resbalaba lentamente por mi mejilla.