
En paralelo a su actividad profesional como economista, publicó diversas novelas y tras su jubilación continuó dedicado a escribir, consiguiendo grandes éxitos con obras como “Octubre, octubre”, la referida "La sonrisa etrusca", o la “La vieja sirena”; unas de sus obras más destacadas.
Esta novela realista fue publicada por primera vez en 1985 por la editorial Alfaguara en Madrid, constaba de 347 páginas.
El tema principal de esta novela es el amor, pero un amor que huye de las típicas novelas románticas, es un amor realista. El protagonista de la historia, un viejo campesino calabrés llamado Salvatore Roncote (o Bruno, como le llamaban los partisanos y como el prefiere que le llamen) padece cáncer. La

La novela transcurre casi en su totalidad en Milán aunque Bruno, mediante monólogos interiores o conversaciones que mantiene con su nieto, retrocede en el tiempo a su pueblo, Roccasera, y a las montañas. La historia es lenta ya que esta llena de reflexiones y monólogos. El narrador es omnisciente pero, como acabamos de mencionar, Bruno mantiene muchas conversaciones con su nieto, que no puede contestarle, y consigo mismo, y esto hace que en partes del libro él se convierta en narrador.
Es una historia enternecedora y que emociona pero sin llegar a ser empalagosa. Es interesante el pasado del viejo partisano y muy humorística pero a la vez admirable su manera de afrontar la poca vida que le queda. Es un poco lenta pero acaba enganchando y haciéndonos reflexionar sobre la vida. Una novela que yo, personalmente, recomiendo leer.