miércoles, 24 de noviembre de 2010

El médico


Esta obra es una de las más representantes de Noah Gordon, que junto con Chaman (1992) y La doctora Cole (1996) forman la saga de la familia Cole. Además, ha escrito otras obras como El rabino, El comité de la muerte, El último judio etc. y acaba de publicar su última novela, La bodega.
Noah Gordon nació en Worcester, Massachusetts (EEUU) en noviembre del año 1996. A pesar de haber estudiado periodismo, el tema que más ha tratado en sus novelas es la medicina, y más recientemente el judaísmo. Su obra literaria ha sido reconocida a nivel mundial y ha recibido varios premios como el James Fenimore Cooper en Estados Unidos, el Boccaccio en Italia, el galardón del Club del Libro de Bertelsmann en Alemania y en España el Euskadi de Plata y el premio de la revista Qué leer.

El libro al que yo hago referencia fue publicado en enero de 2010 en Barcelona por Rocaeditorial, aunque la primera edición tuvo lugar en 1986 en Estados Unidos por Simon and Schuster, bajo el título The Physician. A pesar de ello, no tuvo gran impacto en América sino en Europa, principalmente en Alemania y España.

El libro contiene índice y agradecimientos, además de dedicatoria y citas, de las cuales una me ha parecido interesante ya que es muy sencilla pero una situación muy actual: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. (Mateo 9:12).

El medico está formado por ochocientas páginas de una historia amena e interesante, ya que es una novela de género histórico-medieval, pero además de narrar aventuras profundiza en la moral, filosofía, amor etc.


Esta obra responde en buena medida a lo que la crítica alemana llama Bildungsroman (novela de la formación de un personaje) al igual que El árbol de la ciencia de Pio Baroja. Pero al contrario de ésta, no describe la sucesión de desengaños con los que de desarrolla la vida del personaje principal, sino el camino que éste toma para formarse en su vocación, con sus dichas y desdichas. De esta manera, un huérfano inglés llamado Robert Cole, tras ser separado de sus hermanos, comienza a trabajar con un cirujano barbero llamado Barber, para aprender esta profesión. Con él, viaja de pueblo en pueblo sanando a gente y dándoles un remedio que lo cura todo, la panacea universal. Con el tiempo, el niño descubre tener un don para dictaminar la energía vital de las personas tocándoles las manos, que ya había experimentado en el lecho de muerte de sus padres. Tras pasar gran parte de su infancia con él, Barber muere de un ataque al corazón y Rob, seguro de su vocación, decide hacer todo lo que sea para superar su ignorancia y convertirse en un auténtico médico. Tras consultar con un par de médicos judíos decide embarcar hacia Persia en un viaje que no estará libre de emociones, y al llegar a Ispahan, fingiendo ser judío y tras varios problemas con la ley, comienza su verdadera profesión con un carismático y sabio médico, conocido allí como “el príncipe de los médicos”.


El personaje principal, en definitiva, es Robert Cole, que comienza la novela siendo un niño y finaliza como un adulto formado y maduro. Hijo de un carpintero de Londres, se caracteriza por su gran corpulencia y profunda pasión por sanar. Sus inicios en esta profesión son con Barber (Henry Croft), un hombre campechano que recorre Inglaterra montando espectáculos para atraer al público ante el que ejerce de cirujano-barbero.

En su viaje descubre que ser judío facilitaría mucho su aprendizaje, por lo que pasa de ser Rob el cristiano a Jesse Ben Benjamin el judío. Conoce una mujer que será su amada de ahí en adelante y termina por influir mucho en su vida; Mary Cullen. Ésta es una mujer escocesa de cabellos rojos y gran altura, lo que la diferencia del resto de mujeres en Persia, pero ella es una mujer fuerte y valiente. Ama profundamente su tierra y a Rob, por lo que a pesar de no estar a gusto con la situación de judío de éste, forman una familia que se va ampliando con los años. Por otro lado, en Persia Rob hace dos buenos amigos, que comienzan estudiando con él: Mirdin y Karim. Uno sabio y buen amigo y el otro carismático y deportista. Pero ambos mueren dejando marcado a Rob. Por otro lado, en Ispahan conoce a otros dos médicos. El primero, Ibn Sina (el príncipe de los médicos que he nombrado anteriormente) es un hombre humilde y bondadoso pero que tiene el favor del Sha. Es el médico jefe del lugar donde estudia Robert y estos forman una amistad semejante a la de un padre y un hijo. Ibn Sina es un erudito que domina no sólo la medicina si no todos los ámbitos del saber. Por otro lado, Al Juzani es cirujano y maestro de la escuela de médicos y antiguo aprendiz de Ibn Sina.
Por último, está Ala, sha de Persia. Muy ambicioso y un gran jefe militar, le gusta retarse con la gente jugando a un juego parecido al ajedrez. Es un buenísimo guerrero y bastante caprichoso, y ya que es el principal culpable de la muerte de sus amigos, Rob pierde el respeto hacia él.

La historia, por lo tanto, sucede desde Inglaterra hasta Ispahan (Persia): la primera parte en Inglaterra, la segunda de viaje desde allí hasta Persia, las próximas cuatro en Persia y la última en el viaje de retorno, en Londres y Escocia. Así es que, a pesar de ser una novela bastante extensa, transcurre una vida llena de acontecimientos y lugares en ochocientas páginas, por lo tanto el tiempo por lo general pasa con rapidez. Hay periodos en los que se ralentiza (acciones y situaciones que se cuentan con mucho detalle) y otros en los que se acelera (el regreso de Ispahan, los años de estudio...). Pero, situándolo de alguna manera en la historia, empieza en torno a 1010 y termina alrededor del año 1045. Se desarrolla en plena Edad Media, en la que el esplendor de la remota Persia deja muy atrás a la Inglaterra en que domina la brutalidad y la ignorancia.

Estudiando diferentes opiniones he encontrado alguna crítica a la estructura, pero a mí me ha parecido una obra muy bien organizada y fácil de seguir. Las partes antes nombradas se dividen en capítulos, siempre siguiendo el orden cronológico y sin saltos difíciles de seguir. Por otro lado, está descrita en tercera persona y con narrador omniscente, de tal manera que no sólo es sencillo seguir la serie de acontecimientos, sino que las emociones y sentimientos de los personajes, y principalmente de Robert, quedan claras.

Concluyendo, la obra me ha parecido espléndida, y más que recomendable. Para ser una obra tan larga no se me ha hecho pesada en ningún momento y a pesar de haber muchos personajes y nombres difíciles (sobre todo durante su estancia en Ispahan) aún recuerdo la mayoría. Por otro lado, El Médico no solo es amena sino que es muy didáctica, ya que he aprendido mucho sobre la medicina y la cultura de aquella época.
En definitiva, una novela fácil de leer (incluso de releer) y de la que no me voy a olvidar, ya que ha contribuido a mi elección de profesión. ¡Quiero ser médico!