El curioso incidente del perro a medianoche es un libro escrito por Mark Haddon, publicado en su idioma original el 2003 por la editorial Jonathan Cape. La traducción al castellano fue publicada en el año 2004 por la editorial Salamandra, y desde entonces hasta el 2009 se hicieron 24 ediciones más. Además, este libro ha sido editado en 35 idiomas, y llegó a ser best seller en Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania.
Mark Haddon, nacido en 1963 en Northamton, Inglaterra, estudió literatura inglesa en el Merton College de Oxford, pero concluyó sus estudios en la universidad de Edinburgo. Ha trabajado como ilustrador poeta, y actualmente es profesor de escritura creativa, además de escritor. Tras terminar sus estudios trabajó también con personas con deficiencias físicas y mentales.
El curioso incidente del perro a medianoche fue la primera novela escrita por este autor, con la cual ganó el premio Whitbreal y el Commonwhealth, y posteriormente, en el año 2005, fue galardonada con el premio al mejor libro para jóvenes lectores. A esta novela le siguió la titulada Un pequeño inconveniente, publicada en 2006. Además de estas dos novelas, Haddon también ha escrito quince libros para niños, y varios guiones para la televisión, con los cuales ganó dos de los premios BAFTA.
Esta novela consta de 268 páginas, divididas en 51 capítulos cuyos nombres son los números primos del 1 al 233, y un apéndice en el que podemos ver el examen de Matemáticas que hace Christopher, el protagonista de la novela, al final del relato.
El curioso incidente del perro a medianoche comienza como una novela de misterio, pero pronto da un giro y se convierte en una historia biográfica y psicológica. El tema principal de esta novela, por lo tanto, son las vivencias que tiene el joven protagonista Christopher Boone, relatadas en primera persona desde un punto de vista totalmente atípico, ya que este personaje padece una enfermedad mental llamada síndrome de Asperger. Esta enfermedad es un tipo de autismo, en la que se combina el miedo a los espacios abiertos y un exagerado interés por ciertas materias. En este caso, el protagonista tiene un desmedido interés por las matemáticas, la lógica y la sucesión de los acontecimientos en un orden preestablecido.
El autor del libro, Mark Haddon, utiliza al adolescente Christopher Boone para mostrar al lector la visión del mundo de las personas afectadas por esta patología. Para ello emplea un narrador en primera persona que nos cuenta constantemente sus sentimientos y pensamientos. Es así como los lectores llegamos a conocer al protagonista y a saber más sobre su manera de mirar al mundo. Además, es un acierto relatar esta novela en primera persona, ya que ayuda a comprender todos los pensamientos que pasan por las personas con esta discapacidad, por muy extraños que nos resulten. Además, el autor demuestra así la falta de atención que mostramos la gran parte de los humanos por las cosas cotidianas que vemos día a día.
Esta novela comienza con la muerte de un perro llamado Wellington. Este es el perro de la vecina del protagonista, Christopher Boone, un chico de 15 años. El joven decide investigar acerca de la muerte del perro, y escribir un libro sobre ello, tal y como se lo recomienda Siobhan, su profesora del colegio. Sin embargo, su padre le prohíbe seguir con dicha investigación, y esconde el libro que Christopher está escribiendo. Un día en el que el padre de Christopher está trabajando, el niño decide buscar su libro, y en su búsqueda encuentra junto con el libro varias cartas que su madre le había enviado. Christopher siempre había pensado que su madre había muerto hace dos años, y por medio de estas cartas conoce que su madre aún está viva y que su padre le ha mentido. El joven se encuentra totalmente desconcertado y sufre un ataque al descubrir todo aquello. Cuando su padre llega a casa, le confiesa que fue él quien mató a Wellington. A Christopher le aterra la idea de que su padre le haya mentido, ya que es algo que él ni tolera ni entiende, y esto hace que pierda toda la confianza en su padre, puesto que, según él, si su padre había sido capaz de mentirle y de matar a un perro, posiblemente quisiera matarlo a él también. Es por esto que Christopher decide que no puede continuar viviendo con su padre, y escapa hacia Londres para buscar a su madre. Esta emocionante búsqueda lleva al joven protagonista a vivir diversas aventuras y acontecimientos inesperados.
El personaje principal de esta novela, como ya he mencionado anteriormente, es un joven llamado Christopher Boone, que padece el síndrome de Asperger. Esto hace de él un personaje peculiar, con varias manías y preferencias.
Este joven de 15 años tiene verdadera pasión por las matemáticas y la física, y desea licenciarse en la carrera de Matemáticas y Física, o incluso ser astronauta. A pesar de que pocos confían en su inteligencia, él está totalmente convencido de que puede enfrentarse a cualquier reto matemático. También, le apasionan los esquemas, las listas y todo aquello que esté programado y planeado con anterioridad. Respecto a la investigación que pretende llevar a cabo sobre el perro asesinado, cabe destacar que se basa en las hazañas del famoso detective Sherlock Holmes, imitando su manera de investigar, tal y como lo a leído en los libros.
En el colegio, mantiene una relación estrecha con su profesor, Siobhan, quien le ayuda a escribir esta novela y lo aconseja cuando tiene problemas. Es él quien le da todos los consejos para escribir este libro, y por ello, el protagonista nombra mucho a su profesor durante todo el relato.
La madre de Christopher, Judy, es una mujer de poca paciencia, y algo débil. Gran parte de la información sobre Judy la conocemos a través de las cartas que le envía a Christopher. Por lo que ella dice, mantenía una buena relación con él y quería mucho a su hijo, pero no pudo afrontar más la situación. Se vio obligada a marcharse porque las disputas entre ella y el padre de Christopher eran cada vez más frecuentes, y el niño nunca facilitaba la convivencia; siempre se quejaba, y a menudo se negaba a comer, y después de tantas discusiones, la madre decidió que sería lo mejor para todos que se alejase de aquella casa, ya que se sentía como un estorbo y pensaba que era incapaz de conocer y controlar a su hijo.
Por otro lado, el padre de Christopher siempre ha estado al lado de su hijo, y ha demostrado tener una enorme paciencia con él. Ha intentado ayudarlo y no mentirle, y se muestra totalmente arrepentido de haberle mentido respecto a la muerte de su madre. También mintió a Christopher respecto al asesinato del perro porque no quería que su hijo se asustara. La relación entre padre e hijo ha sido muy buena hasta que Christopher descubre aquella serie de mentiras, que lo llevan a desconfiar de su padre y a tenerle miedo. Antes de aquello, en cambio, solían pasar los fines de semana juntos, y su padre llevaba a Christopher a donde él quisiera para que estuviera contento. Sin embargo, toda esa relación se estropea cuando Christopher descubre que su madre vive y que fue su padre quien mató a Wellington.
La mayor parte del relato transcurre en Swidon, una pequeña ciudad al sur de Inglaterra. Es ahí donde viven Christopher y su padre, en una casita con jardín. Como el propio Christopher indica, no ha salido de Swidon más que alguna vez para ir a visitar a su tío Terry. Por lo tanto, todos los sucesos de la primera parte del libro tienen lugar en su casa, la tienda de la esquina, el colegio y el parque. Pero cuando Christopher descubre las cartas de su madre, decide ir a Londres a vivir con ella, y allí pasa una semana con Roger y su madre. Aún así, en el final de la historia ya están todos de vuelta en Swidon.
En cuanto a la estructura, se mantiene lineal, sin muchos saltos en el tiempo, pero de vez en cuando aparecen “flashbacks”, como cuando cuenta la muerte de su madre o leemos las cartas que ella le había enviado. Estos cambios en el tiempo, sin embargo, nos ayudan a comprender la situación en la que vive Christopher, y están hechos de forma clara. El libro está narrado de una forma rápida pero muy detallista, ya que abundan los diálogos, pero estos están contados tal y como fueron exactamente, con todo detalle. Son pocas las descripciones de personajes y lugares que aparecen en el libro, pero el protagonista da detalle de todo aquello que ve.
Esta novela cuenta una historia normal, de la vida cotidiana de una persona, pero desde un punto de vista muy original y acertado. Y es que el narrador, Christopher Boone, hace que el libro sea muy fácil de leer y muy entretenido, ya que tiene un vocabulario sencillo y Christopher, cada vez que utiliza alguna palabra más culta, nos explica el significado de ella. También me ha llamado la atención el excesivo uso de la conjunción “y”, ya que ha hecho que me acuerde de mi manera de hablar hace unos años, y además, la sintaxis y el vocabulario sencillo han hecho que crea totalmente que es Christopher quien ha escrito el libro. Además, esta novela contiene varios gráficos, esquemas e ilustraciones para aclarar lo que explica, que hacen que la lectura sea más entretenida.
Confieso que al principio el libro me pareció raro y no lo encontraba muy interesante, pero a medida que avanzaba en mi lectura, el libro fue captando mi atención.
Aparte de eso, con este libro e aprendido muchas cosas, ya que Christopher explica cosas en las que yo ni siquiera me había parado a pensar, y me ha proporcionado datos e información que hasta ahora desconocía. También ha hecho que me de cuenta de lo poco que nos fijamos en las cosas que nos rodean, y que incluso la cosa más simple puede tener un mecanismo complicado.
Por otra parte, al estudiar la biografía de Haddon me ha parecido interesante saber que él ha trabajado con personas con deficiencias mentales y físicas, ya que eso me ayuda a comprender lo mucho que sabe sobre estas personas y lo bien que las conoce. Por el contrario, he percibido nuestra ignorancia sobre estas personas, y me ha hecho comprender la intensidad con la que viven y cómo ven todo aquello a su alrededor. He notado que aunque a nosotros nos parezca que llevamos una vida activa y difícil, ellos la viven de una forma mucho más febril, y que las cosas más normales para nosotros son para ellos un mundo. Encuentran agobios en los lugares más aireados, y no necesitan sociabilizarse, al contrario que nosotros. Lo que a nosotros nos parece una mera discapacidad hace que sus vidas sean mucho más complicadas, ya que el hecho de estar constantemente fijándose en todo los marea y hace que incluso les cueste salir a la calle e ir a lugares desconocidos. Aparte de eso, antes de leer el libro yo desconocía que las personas con discapacidades acumulaban tanta inteligencia, que se interesaban tanto por ciertos temas y que cosas que a nosotros nos parecen difíciles (como en el caso de Christopher los problemas matemáticos complicados) les pareciesen a ellos sencillos y lógicos. Además, tampoco sabía que estas personas eran tan maniáticas y tan meticulosas.
Estas son algunas de las cosas en las que nunca me habría parado a pensar si no hubiera leído este libro, que sinceramente me ha encantado. Me ha hecho reflexionar mucho sobre la vida de los demás y la mía propia, y me ha ayudado a comprender mejor lo que pasa por la mente de estas personas, aunque, por supuesto, continúo estando muy lejos de saber exactamente como se sienten, ya que ese es un camino largo del que ni siquiera acierto a ver el final.