Camilo José Cela, cuyo nombre completo era Camilo José Manuel Juan Ramón Francisco de Gerónimo Cela Trulock, nació en Padrón, A Coruña, aunque el siempre denominó a su pueblo natal como Iria Flavia, Nació el 11 de Mayo de 1.916 y falleció en Madrid, el 17 de Enero de 2.002.
Fue novelista, ensayista, periodista, editor, conferenciante, académico de la R.A.E. …
A lo largo de su prolífica vida literaria recibió numerosos e importantes premios:
- Premio de la Crítica de narrativa castellana. (1956)
- Premio Nacional de Narrativa. (1984)
- Premio Sant Jordi de las Letras. (1986)
- Premio Ramón de Carranza. (1986)
-Premio Príncipe de Asturias de las Letras. (1987)
- Premio Nobel de Literatura. (1989)
- Premio Mariano de Cavia de Periodismo. (1992)
- Premio Planeta. (1994)
- Premio Cervantes. (1995)
En 1996 se le otorgó el Marquesado de Iria Flavia.
Entre novela larga, novela corta, cuentos, fábulas, apuntes, artículos, ensayos, libros de viajes, poesía, romances y otros géneros cuenta con ciento trece obras publicadas desde 1.942 (La familia de Pascual Duarte) hasta 2.002 (Cuaderno de El Espinar. Doce mujeres con flores en la cabeza), siendo algunas de ellas:
- La familia de Pascual Duarte. (1942)
- Pabellón de reposo. (1943)
- Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes. (1944)
- La colmena. (1951)
- La catira. Historias de Venezuela. (1955)
- Mazurca para dos muertos. (1983)
- La cruz de San Andrés. (1994)
- Izas, rabizas y colipoterras. Drama con acompañamiento de cachondeo y dolor de corazón. (1964)
- La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona. (1977)
- Garito de hospicianos o guirigay de imposturas o bombollas. (1963)
- El asno de Buridán. (1986)
- Viaje a la Alcarria. (1948)
- Pisando la dudosa luz del día. Poemas de una adolescencia cruel. (1945)
- Dos romances de ciego. (1996)
- La cucaña I. Memorias de Camilo José Cela. (1959)
- La cucaña II. Memorias de Camilo José Cela. (1993)
La edición que he leído está incluida en el tomo X de “Las mejores novelas contemporáneas (1940-1944)” seleccionadas por Joaquín de Entrambasaguas y publicadas por Editorial Planeta, en Barcelona, en 1.974.
Es una novela de 126 páginas, que en esta edición incluye un prólogo de Cela, fechado en agosto de 1.960, en el que da esta como definitiva:
“ A mi novela La familia de Pascual Duarte, después de lo mucho que sobre ella he trabajado, voy a procurar no tocarla más. Su texto original queda fijado (quizá fuera menos pedante decir: establecido) en esta edición y a ella procuraré remitirme siempre que lo necesite.”
La novela se inicia con una “Nota del transcriptor” en la que presenta la obra como una serie de folios encontrados en una farmacia a mediados de 1.939. El supuesto transcriptor asegura: “no he corregido ni añadido ni una tilde... He preferido, en algunos pasajes demasiado crudos de la obra, usar de la tijera y cortar por lo sano”. Esta nota, con la ayuda de la siguiente “Carta anunciando el envío del original”, firmada por Pascual Duarte en la cárcel de Badajoz, en 1.937, dan a la novela un viso de autenticidad, de documento real. En esta “Carta..”, Pascual menciona por primera vez uno de sus crímenes, el de D. Jesús González de la Riva, conde de Torremejía, al cual hace dispersas alusiones pero nunca concreta. Es un asesinato latente en la obra, las mismas memorias van dedicadas a este señor: “A la memoria del insigne patricio don Jesús González de la Riva, Conde de Torremejía, quien al irlo a rematar el autor de este escrito, le llamó Pascualillo y sonreía”, así como la carta de anuncio de envío va dirigida: “de los amigos de don Jesús González de la Riva...es usted el único del que guardo memoria de las señas...”
Sigue a estos dos apartados una “Cláusula del testamento...” del señor amigo de don Jesús a quien Pascual remite su escrito en la que dicho señor dispone: “Ordeno que el paquete de papeles... sea dado a las llamas sin leerlo, sin demora alguna, por disolvente y contrario a las buenas costumbres”.
Comienza a continuación, en primera persona, el supuesto escrito de Pascual Duarte, con una presentación muy esclarecedora: “Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo.”
Aún encontramos un apartado más, “Otra nota del transcriptor” en la que este nos dice: “En mi afán de aclarar en lo posible los últimos momentos del personaje, me dirigí en carta a don Santiago Lurueña, capellán entonces de la cárcel y hoy cura párroco de Magacela y a don Cesáreo Martín, número de la guardia civil con destino en la cárcel de Badajoz entonces...
Y finaliza la novela con las dos cartas de respuesta de estos señores.
Narrada en primera persona, esta novela transcurre en un pueblo de Badajoz, cuyo nombre, Torremejía, se menciona escasas veces y como de pasada. La época coincide con la Guerra Civil española, aunque esta no trasciende en el desarrollo de la obra. En mi opinión, el autor desarrolla por lo menos tres distintos temas:
El determinismo, la fuerza del destino: “Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas.”
Las diferencias sociales, Pascual Duarte y su familia son pobres hasta la miseria: “Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar”.
Y el odio. Pascual Duarte alimenta un odio callado desde la infancia, un odio instintivo como respuesta a la adversidad. Cada vez que vislumbra algo de felicidad le sucede una desgracia. Es un odio primitivo, que sobrecoge: “Se mata sin pensar, bien probado lo tengo; a veces, sin querer. Se odia, se odia intensamente, ferozmente, y se abre la navaja,...” “Un nido de alacranes se revolvió en mi pecho y, en cada gota de sangre de mis venas, una víbora me mordía la carne.”
También trasluce en la obra un sentimiento trasnochado de la “hombría”, de ser más o menos hombre, sentimiento que dicta muchas de las acciones de Pascual Duarte: “¡Mira Estirao! ¡Mira Estirao! ¡Que soy muy hombre y no me ando por las palabras!”, “Y que tampoco me parece de hombres el salir con bromas a los insultos.”
Comienza el relato de Pascual describiendo su pueblo y su casa. Ya en estas primeras páginas comete su primer crimen, mata a su perra Chispa sin motivo. La descripción del crimen es enfermiza, la perra le miraba como acusándole, hacía calor, la escopeta se dejaba acariciar...
Habla a continuación de su niñez, sórdida y sin amor. Este saltar atrás y adelante en el tiempo lo explica el propio Pascual: “Usted sabrá disculpar el poco orden que llevo en el relato, que por eso de seguir por la persona y no por el tiempo me hace andar saltando del principio al fin y del fin a los principios...” Sus padres se llevaban mal, él era violento y ella una borracha. Poco después nació su hermana Rosario, lista pero mala. Su hermana se hizo la dueña de la casa y pronto se fugó hasta dos veces con lo poco que tenían. Aunque no se especifica, se da a entender que se dedicaba a la prostitución.
Quince años más tarde nace su hermano Mario, coincidiendo con la muerte de su padre por rabia. Mario es deficiente psíquico y muere a los diez años. A los cuatro un cerdo le come las orejas. Pascual le quería mucho. Su madre no muestra dolor y Pascual alimenta su odio hacia ella.
Luego, Pascual “debía de andar por los veintiocho o treinta años”, deja embarazada a Lola, una “medio novia” del pueblo, y se casa con ella.
En una borrachera, tres días después, le “arrea” tres navajazos a uno del pueblo. Al volver a su casa su mujer ha abortado porque le ha tirado la yegua. Va a la cuadra y le mete veinte puñaladas.
Tiempo después tiene un hijo, Pascual, que muere a los once años. A raiz de esta desgracia comienza a agobiarse y se lleva mal con su madre y su mujer. Huye a Madrid y de allí a La Coruña, con idea de embrarcarse hacia América. No le llega el dinero y, tras trabajar en diversas cosas, vuelve al pueblo transcurridos dos años.
Encuentra a su mujer embarazada. Ella muere y el mata al que la embarazó, “el Estirao”, el chulo de su hermana Rosario.
Por este crimen cumple tres años de cárcel y regresa al pueblo. Allí se casa con Esperanza, una mujer del pueblo que le quiere en silencio desde hace años. La madre de Pascual vive con ellos y este cada vez la soporta menos.
Así llegamos en pocas páginas al final del paquete de folios escritos por Pascual Duarte, le siguen las mencionadas cartas del transcriptor al cura y al guardia civil y sus respuestas.
El capellán relata la muerte de Pascual, presentándola como ejemplar y “únicamente a última hora, al faltarle la presencia de ánimo, se descompuso un tanto”. Y el guardia civil dice que no estaba muy bien de la cabeza y que su muerte “fue completamente corriente y desgraciada... A la vista del patíbulo de desmayó... y terminó sus días escupiendo y pataleando...”
Al leer la novela se me ocurrieron varios adjetivos: brutal, fatalista, rotunda, tremenda. Este último es el que mejor la describe. Después, buscando información, descubrí que, precisamente con esta obra, nació lo que pasó a denominarse “tremendismo”.
De mi impresión personal puedo decir que es una novela impresionante, absorbente y fácil de leer.